“La venganza de Gaia” de James Lovelock – Alberto García

Este científico británico ya publicó en nuestro país otro libro denominado “Las Edades de Gaia, Biografía de Nuestro Planeta Vivo” (1993) en el cual exponía la teoria que, desde aproximadamente los años 70 viene planteando y que puede resumirse asi:

“La teoría de Gaia interpreta la Tierra como un sistema autorregulador formado por la totalidad de los organismos, las rocas superficiales, el océano y la atmósfera estrechamente unidos como un sistema que evoluciona. Todos ellos se encuentran ajustados a un estado adecuado para la vida por el comportamiento de los mismos organismos vivos. Concretamente, la temperatura, el estado de oxidación, de acidez y algunos aspectos de las rocas y las aguas se mantienen constantes en cualquier época, y que ésta homeostasis se obtiene por procesos cibernéticos llevados a cabo de manera inconsciente y automática por el planeta.”

Este científico británico ya publicó en nuestro país otro libro denominado “Las Edades de Gaia, Biografía de Nuestro Planeta Vivo” (1993) en el cual exponía la teoria que, desde aproximadamente los años 70 viene planteando y que puede resumirse asi:

“La teoría de Gaia interpreta la Tierra como un sistema autorregulador formado por la totalidad de los organismos, las rocas superficiales, el océano y la atmósfera estrechamente unidos como un sistema que evoluciona. Todos ellos se encuentran ajustados a un estado adecuado para la vida por el comportamiento de los mismos organismos vivos. Concretamente, la temperatura, el estado de oxidación, de acidez y algunos aspectos de las rocas y las aguas se mantienen constantes en cualquier época, y que ésta homeostasis se obtiene por procesos cibernéticos llevados a cabo de manera inconsciente y automática por el planeta.”

Cuando James Lovelock y Lynn Margulis postularon a primeros de los 70 esta teoría, se demostró contraria a la teoría convencional de la época, la cual mantenía que era la vida quien se adaptaba a las condiciones planetarias, evolucionando ambas por caminos separados.

A mediados del siglo XX ya el mineralogista ruso V. Vernadsky habia ampliado el concepto de “biosfera” en el sentido de incluir la vida como un participante activo en la evolución geológica. Según él “la vida es una fuerza geológica”.

Según Lovelock, observando este ecosistema global como un todo, el incremento de la población humana, la degradación de la tierra, el agotamiento de los recursos, la acumulación de residuos, la polución de todo tipo, el cambio climático, los abusos de la tecnología y la destrucción de la biodiversidad en todas sus formas, juntos, constituyen una amenaza única al bienestar humano desconocida para las generaciones previas.

Curiosamente, para el autor ya ha pasado el momento del “desarrollo sostenible”tan de moda hoy en dia en las campañas electorales y programas económicos. Para Lovelock ya no es posible continuar con el desarrollo económico e industrial al ritmo actual y pretender que las condiciones de la vida en el planeta puedan seguir permitiéndolo. Solo es posible una “retirada sostenible” que minimice al máximo los daños causados al planeta puesto que ya, según él, seguramente hemos traspasado el umbral de permisión de nuestro planeta. De no hacerlo así la humanidad se enfrenta a un futuro de extinción, un cambio inminente en nuestro clima hacia otro tan cálido y tan mortal, que solo unos pocos seres podrán soportar.

En fin, una teoría interesante que apuntala con numerosas disertaciones sobre biodiversidad, extinción, química planetaria, cambio global, oscurecimiento global, estabilidad de los sistemas, etc. Las teorías de Lovelock no dejarán indiferente a nadie, tampoco su defensa de la energía nuclear (según él, una de las pocas que no producen calentamiento global…) y que son, desde luego, discutibles.

Un libro interesante para todos aquellos que querais ampliar vuestros conocimientos y formación en lo que a Ecología se refiere, y que debería estar tambien en nuestra Biblioteca.

"La venganza de Gaia" (The revenge of Gaia) de James Lovelock

(Comentado por Alberto García)