TÚ PARA SIEMPRE

(A la memoria de Leonor García Herrera)

Cada hoja caída, es un recuerdo en mi corazón, un beso a la esperanza, un abrazo a la vida. Pero el banco está vacío lleno de recuerdos. Te has ido al otro lado del muro, donde las alambradas separan dos universos, dos caminos distintos unidos por el rayo de luz que compartimos en vida, por el colorido de un otoño que se ha tornado triste y un camino partido, donde las ilusiones han volado contigo y a mí sólo me queda llenar mi corazón vacio de tu presencia y tu sonrisa.

Mis lágrimas no me dejan ver el horizonte. Mi vista se nubla más allá de su mirada. Mi voz tiembla por el dolor que ha sentido en tu marcha. Mis palabras se quedan mudas ante tu sola presencia, donde los versos se convierten en ríos de sentimientos que afloran bajo mi piel ya marchita. Tu voz, es un dolor no poder escucharla, no poder sentir el calor de tus manos y la acaricia de tus ojos.

Has dejado una huella imborrable en todos los que te han conocido y eso me llena de orgullo al haber compartido tu vida con una persona tan admirable y sabia como tú. Dicen que el tiempo borra las yagas del pasado, pero para mí nunca será un pasado, sino siempre un presente, donde tu corazón me seguirá dando fuerzas para seguir en este escabroso sendero hasta que nos encontremos en ese túnel que une la Tierra con las estrellas y luceros del cielo.

Las hojas caídas son también mis lágrimas infinitas en el jardín privado de nuestra existencia, la alfombra que cubre nuestra piel donde nuestros sueños florecidos han caído agotados buscando la tierra que da origen a la vida.

Que este canto, que esta tristeza abierta, sea símbolo de nuestra unión y que allá donde estés, las flores del jazmín te acompañen siempre creando ese amor que sólo tú sabes mostrar, que solo tú sabes dar y que sólo tú sabes amar.

(Misa por su funeral el 30 de noviembre a las 19,30 horas en la Parroquia Nuestra Señora Madre de Dios. Avenida de Viñuelas, 18 Tres Cantos)

Pedro Pozas Terrados