En 1988 existía la amenaza de convertir la zona en una extensión del polígono industrial pero la acción vecinal en la joven ciudad logró detener estos planes. Un grupo de vecinos acampó en el parque durante dos noches, reivindicándolo para su conservación como lugar público por sus valores naturales y cercanía a la ciudad.
En 1988 existía la amenaza de convertir la zona en una extensión del polígono industrial pero la acción vecinal en la joven ciudad logró detener estos planes. Un grupo de vecinos acampó en el parque durante dos noches, reivindicándolo para su conservación como lugar público por sus valores naturales y cercanía a la ciudad. Como acto simbólico se plantaron, entre otros árboles, unos alcornoques en honor a la testarudez de ciertos dirigentes del momento. Felizmente, el ya bautizado Parque de los Alcornoques se quedó, aunque las amenazas volverían a resurgir en 2005, en plena burbuja inmobiliaria, con el proyecto de construcción de un campo de golf que finalmente fue retirado. A lo largo de los años ha recibido incluso la visita del fuego, pero el Parque de los Alcornoques ha resistido y se ha recuperado gracias al respeto, cuidado y cariño de los vecinos.